Estáis a punto de leer mi primera reseña sobre un cómic, y para una ocasión tan especial he escogido a uno de mis personajes favoritos de Marvel: Veneno. La historia que analizaremos fue su primera miniserie en solitario, titulada “Protector Letal”.
Os pongo en contexto para que podáis entender la importancia que tuvo este cómic. Veneno se había consolidado como el gran villano moderno de Spiderman, sus enfrentamientos vendían una cantidad ingente de ejemplares y tras el último enfrentamiento que tenían en el número 375 de la colección del trepamuros, en la Casa de las Ideas pensaron que darle una cabecera principal al simbionte les traerían unos ingentes beneficios.
A todo esto tenemos que añadir que esta serie limitada se publicó en 1993, teniendo en cuenta que la década de los 90 fue un auténtico desfase en la industria del cómic, donde predominaba la exageración en los personajes y unas actitudes horteras y chulescas, le venía como anillo al dedo a este personaje, ya que nunca nos lo tomaríamos en serio al ver su mastodóntica presencia física.
En cuanto a la historia, seremos testigos de cómo Eddie Brock comienza una nueva vida en San Francisco, pasando página de su inquebrantable odio hacia Spiderman, decide ser el héroe vigilante de la ciudad del Golden Gate, donde descubrirá grandes secretos que implican tanto a la ciudad como a sus habitantes. Tendrá que hacer frente a incontables enemigos y deberá, en última instancia, pedir ayuda al que anteriormente fue su enemigo más acérrimo para que en esta ocasión le ayude con una amenaza que incluso para él es demasiado peligrosa.
La historia corre a cargo de David Michelinie, creador literario del simbionte alienígena, donde nos cuenta una historia que va desde los primeros pasos del personaje en esta ciudad y su retorcido sentido de la justicia hasta asumir ser el protector de los débiles en la ciudad californiana y hacer frente a una horda de simbiontes.
A los lápices tenemos a cargo a Mark Bagley, dibujante que ya se encargó de Veneno en la cabecera de “El Asombroso Spider-Man”, que realiza los tres primeros números de la historia donde dota de gran fuerza al dibujo, destacando de forma imponente Veneno y resultando soberbia su composición de Spiderman.
Los tres últimos números son obra de Ron Lim, dibujante que ya tuvo la pesada tarea de finalizar “El Guantelete del Infinito” ante la imposibilidad de que el mítico George Pérez pudiera acabar la tarea encomendada en los plazos previstos, deja patente que su nivel está bastante por debajo del de Bagley, es un dibujo más tosco y eso ya es decir, recalcando que estamos ante una historia noventera a más no poder para lo bueno y para lo malo e incluso necesita que le hagan los acabados Sam DeLaRosa y Al Milgrom para salir airosos y que la obra quede más homogénea si la comparas con la primera mitad de la historia.
En cuanto a la colorista, Marie Javins, consigue darle mucha vida a las viñetas para que case con el tono vitalista que ha tenido Spidey y no desentona para nada con nuestro protagonista simbionte, por lo tanto, podemos asegurar que el que la obra no sea de un único dibujante, sale airosa gracias a la colorista y los acabados ya que Lim no está a la altura de Bagley y así por lo menos se puede disimular el tono general y que nos parezca una historia que, teniendo baches en el dibujo, no sean tan pronunciados como cabrían esperar en un primer vistazo.
Entre lo mejor que podemos destacar sería una historia desenfadada, amena y que entretiene, no necesita ser trascendental, al fin y al cabo estamos ante un pasatiempo que, en última instancia, nos debe resultar un divertimento en toda regla durante su lectura; el debut de Veneno en solitario sin ser únicamente el gran villano de Spiderman.
Entre lo peor podríamos decir que el dibujo se resiente tras el formidable trabajo realizado en la primera mitad de la miniserie, pero que, en conjunto, no desentona demasiado.
En conclusión, nos encontramos ante el pistoletazo de salida de Veneno en su propia cabecera, entregándonos, para lo bueno y lo malo, una historia noventera que nos hará pasar rápidamente el tiempo durante su lectura, aunque es verdad que el dibujo de Ron Lim flojea si lo comparamos con el trabajo que hace anteriormente Mark Bagley, pero que consigue salir airoso con la ayuda de otros dibujantes y la colorista.
Antes de despedirme, quería informaros de que están sacando todas las miniseries protagonizadas por Veneno en tomos, así que si sois tan fanáticos del simbionte como lo soy yo, no lo dudéis, es una oportunidad maravillosa para recopilar todas sus andanzas en solitario.