Análisis de ‘Far Cry: New Dawn’.

Para sorpresa de muchos Far Cry: New Dawn se anunció en la última gala de The Game Awards 2018 y con una fecha de lanzamiento más próxima de lo que podíamos pensar, un título que levantaba, ya desde su anuncio, ciertas sospechas y de las que ahora podemos hablar.

Far Cry: New Dawn tiene lugar 17 años después de lo ocurrido en Far Cry 5, el mundo tal y como lo conocíamos se ha acabado, pero la vida continua y de hecho el condado de Hope se siente mucho más vivo que en su precuela. La paleta de colores que tiñen el paisaje y la fauna es mucho más alegre de lo que esperamos del estereotipo postapocalíptico, aunque el concepto de la naturaleza que se abre paso entre las ruinas de una pasada civilización sigue presente.

En esta ocasión no es Joseph Seed quién atormenta al condado de Hope, sino las gemelas Mickey y Lou, líderes de un grupo llamado los Salteadores, banda que extorsiona a los pocos núcleos de civilización que quedan en el condado de Hope y cuyo reinado tendremos que destruir. Una trama sencilla y similar a la de títulos anteriores: “un héroe llega a un lugar donde un villano tiene el poder que controla mediante el miedo y nosotros tendremos que ir poco a poco fortaleciendo nuestro bando para derrocar la hegemonía de dicho villano.” ¿De qué Far Cry puedo estar hablando?

Far Cry: New Dawn no es un simple cambio estético con una nueva trama, tontea con nuevas mecánicas y elementos que tratan de acercar la experiencia de Far Cry al RPG. El juego tiene un sistema escalonado de dificultad implícito en el título y cada vez que superemos una base podremos repetirla con una mayor dificultad para que obtengamos mejores recursos. Las armas y vehículos tienen un sistema de rangos por colores que nos obligará a conseguir piezas para crear los mejores equipos. También tendremos que mejorar nuestra base y sus diferentes departamentos para obtener mejoras y desbloquear nuevas habilidades.

El modo árcade de Far Cry 5 ha desaparecido y en su lugar tenemos las expediciones, misiones en ubicaciones fuera del mapa a bases enemigas para conseguir un botín de recursos, al igual que pasa con las bases enemigas, estas expediciones se podrán repetir con una dificultad mayor.

Tenemos la posibilidad de jugar el juego en cooperativo online, pero también podemos elegir a diferentes compañeros que condicionan nuestro estilo de juego, hay compañeros cuyo equipo y armamento es más apto para el combate en sigilo y otros que por el contrario abogan por el enfrentamiento directo y sin rodeos. Estos compañeros son muy carismáticos pero echo en falta cierta interacción con ellos, sus diálogos y participación se sienten bastante artificiales.

En cuanto al combate, no innova demasiado, continúa siendo más de lo mismo, al igual que el manejo de vehículos, algo ya visto en anteriores entregas pero que nos sigue divirtiendo. Lo que sí ha supuesto un cambio para sendos aspectos es la inteligencia artificial, ya no solo de nuestros enemigos, estos ahora más atentos y con patrones de movimiento aleatorios, sino que también la fauna, podemos presenciar a depredadores cazando a otros animales o ser atacados por cualquiera de ellos.

Algo que nos ha supuesto una profunda decepción, es el limitado mapa, tan solo un tercio del anterior mapa de Far Cry 5 se ha reeditado para esta ocasión, reduciendo a su vez el numero de objetivos, misiones secundarias, vehículos y armas.

Finalmente, me he divertido y mucho jugando a Far Cry: New Dawn, pero parándome a sopesar la experiencia final del juego no encuentro mejor palabra definir este título que la de insatisfacción.

Un juego que, al menos en mi humilde opinión, debió haber sido una expansión de Far Cry 5 a un precio de 15 o 20€ más que un juego independiente a 45€, porque ni siquiera se siente diferente como ocurrió con otros spin-off cómo “Uncharted: The Lost Legacy” o “Halo: ODST”, sino que se siente más como un Far Cry 5: 2.0 con nuevas intenciones poco exploradas.

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