Crítica de ‘Altered Carbon’, la segunda temporada

La serie de ciencia ficción Cyberpunk de Netflix, ‘Altered Carbon’ se desarrolla en el siglo XXV. Una época en la que las personas ya no mueren, técnicamente, sino que sus mentes y conciencias han sido digitalizadas y son transferidas de un cuerpo a otro. Es la adaptación de la novela de Richard Morgan, cuyo protagonista es Takeshi Kovacs. Un antiguo soldado que se ve envuelto en una enorme conspiración, 500 años en el futuro.

La segunda temporada sigue de nuevo al protagonista, esta vez interpretado por Anthony Mackie. Su misión en esta continuación, es dar con el amor de su vida: Quellcrist Falconer (Renée Elise Goldsberry). En esta crítica sin spoilers, hablaremos brevemente de las impresiones tras ver esta segunda temporada.

Nuevo Takeshi Kovacs

Antes que nada, lo primero que hay que destacar es a la nueva funda del protagonista. El actor Anthony Mackie da vida, esta temporada, a Kovacs. Por lo tanto, podemos ver otros rasgos del protagonista, que aporta el propio actor. Hay que decir que se puede ver un Kovacs diferente. Junto a este cambio, Mackie le da más humanidad al personaje. Ya no tenemos a ese soldado duro que vimos en la primera temporada, interpretado por Joel Kinnaman. Sino que es un personaje más verbal y emotivo. Puede que sea por tener más presente al amor de su vida, Falconer. Pero personalmente he echado de menos este personaje duro, ya que vemos a un Kovacs más “blando”. tenemos menos momentos de acción, sustituidos por momentos más emotivos y de enfrentamientos verbales. Algo que puede que no sea visto con buenos ojos por muchos fans de la primera temporada.

Caras conocidas y caras nuevas

Entre las caras conocidas de la pasada temporada tenemos a Poe, la IA que tiene interpretada por Chris Conner. Sin duda el mejor personaje, y mejor interpretación. Su historia paralela, nos relata el degradado de sus archivos, un clara referencia al Alzheimer. Su historia nos deja los momentos más emotivos de la temporada. Sobretodo, junto a otra IA, Excavación.

De nuevo tenemos a René Ellise como Quellcrist Falconer, esta vez con mayor protagonismo. Podemos ver más desarrollada la personalidad y el personaje de Falconer. No es de lo mejor ni de lo peor de la serie, simplemente cumple su papel.

También tenemos a Trepp, la cazarrecompensas interpretada por Simone Missick, que junto a Torben Liebrecht como el Coronel Carrera, y Lela Loren como Danica Harlan son las nuevas caras de esta temporada. Carrera aporta unas mejores tramas como villano, aunque ninguno de los tres cumple como buenos sustitutos de los personajes de la primera temporada.

Una trama más superficial

Para finalizar, tenemos una trama que deja bastante que desear. Sigue los planteamientos de la primera temporada, pero se queda a medio camino. Tenemos intriga, acción, pero en mucha mayor medida. A cambio, tenemos más drama de los personajes, que hacen un flaco favor a la trama central.

En resumen, Netflix parece que ha querido bajar el tono de la serie, convirtiéndola en una temporada pasable y no destacable. Esta temporada no ha sorprendido en nada. Los giros de guión eran previsibles y el excesivo drama a los personajes ha restado en lo general, eliminando ese dinamismo que desprendía la primera temporada.


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