Crítica de ‘Aladdin’ (Sin spoilers).

En este año 2019, con mucha polémica detrás por los tráilers y pósters vistos, se estrena ‘Aladdin’, con Guy Ritchie en la dirección. Viniendo de su anterior proyecto, ‘El Rey Arturo’, el fandom de la original, temblaba.

Y hacían bien. Hace poco he visto la original por primera vez y, bueno, debería haberla visto de niño, es de esas películas que te cala en la infancia y que de más adulto, hay menos probabilidades de que lo haga. La trama de esta nueva película es básicamente la misma; un ladronzuelo pícaro recibe una misión basada en encontrar una misteriosa lámpara. Y lo demás, es historia.

Las diferencias entre esta película y su predecesora no son demasiadas. Se añaden tres canciones, no muy largas, se elimina alguna escena y cambia el final, hacia uno más moderno. También se desarrollan subtramas entorno a los secundarios para darle algo más de empaque a la película. Y la película cambia su mensaje. En esta película, el tema va de la aceptación de uno mismo, la importancia del poder o el dinero, la ambición, frente a la relevancia de las relaciones personales y el valor del ‘yo’. En la original, yo no vi un tema tal cuál, la verdad. El amor y eso. Sin más.

El guión se hace bola por lo que, a pesar de unas coreografías muy logradas, en mi opinión, muy chulas para lo que se esperaba, con una fotografía muy colorida, la película queda demasiado larga. Larguísima, sobrando fácilmente entre media hora y cuarenta y cinco minutos. Aburre. Prácticamente, se oían gritos en el cine similares a ‘¡Árbitro, la hora!’ que se oyen en las finales de fútbol con resultado ajustado.

El señor Ritchie. No gano para disgustos con él. El rey Arturo fue entretenida, sí. Al menos tenía eso y cosas muy chulas. Pero no me termina de convencer. Ésta, sin embargo, sé perfectamente que no me gusta. Tiene sus cosas buenas, antes resaltadas y, aderezadas con un correcto elenco de actores y actrices. Lo de Will Smith, pues bueno, vale. Lo acepto, sin más. Jafar y el final son las cosas que más dudas me dejan, junto con el guión, que es el principal punto negativo.

En conclusión, salí frío del cine, haciendo chistes con colegas sobre su parecido a los videojuegos de ‘Assassin’s Creed’. Pero poco más. A quién le guste, me alegro, pero sin duda una obra menor de Ritchie y uno de los peores live action de los clásicos Disney.

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