Crítica de Aquaman. Una joya única que abre el camino a DC.

Aquaman irrumpe como un tsunami e impulsa a DC hacía el éxito.

“Aquaman” ha sido la única película de DC en 2018. La responsabilidad de conformar a los fans era muy alta, pero si esperabais mucho esta película… os va a encantar. Dicha cinta se nos presentaba espectacular en los trailers, hasta tal punto de preguntarnos si podía ser mas espectacular que lo ya mostrado. La respuesta a esto es que lo mostrado es casi insignificante con lo que vereis.

Si tuviese que elegir una sola palabra para describir Aquaman sería “Única”. Dentro del género superheroíco no he visto nada igual. Un tsunami que arrastra acción, peleas memorables, un mundo que te arropa por completo. Profundizaremos en todo esto a continuación.

Si algo ha hecho James Wan, es amar al personaje por encima de todo, una adaptación perfecta del Aquaman que conocimos en New 52. Desde los primeros instantes de la película empiezas a ponerte en situación y a meterte en la historia. De este modo te preparas para un bombardeo de diversión que te acompañará toda la película.

El argumento es el esperado para todo aquel que conoce Aquaman, pero lo especial de ello es todo lo que lo acompaña, multitud de escenarios, cada uno de ellos diferentes y con nuevas amenazas. Muestras de lo amplio que puede llegar a ser el mundo que rodea al personaje.

Algo que siempre he defendido de las películas de DC es el aura heroíca conformado por ese tono serio  y épico que dan a a la mayoría de sus personajes. Esto me transporta a un mundo de cómic, y Aquaman no es una excepción. La acción abastece la película y mejora conforme esta avanza.

Algo difícil de disimular es el cgi de la cinta en general, donde en muchos momentos resalta un poco y se nota que de verdad gran parte de casi todas las escenas están hechas por ordenador. Cabe tener en cuenta que la película transcurre aproximadamente un setenta por ciento debajo del agua, donde casi todo e incluido el movimiento de los personajes son realizados por ordenador. Eso sí, los efectos especiales no dejan de ser fundamentales para envolver al espectador por completo.

Algo de lo más destacable es la fotografía. No exagero si digo que es la mejor del género visualmente. La paleta de colores es una de las causas de la belleza de esta película. Colores que envuelven de encanto cualquier elemento y cada plano. Fotograma a fotograma podemos sacar mil capturas de pantalla que son un deleite audiovisual.

La banda sonora no es destacable, pero os recomiendo que prestéis atención al leitmotiv de Arthur, es genial. La música cumple correctamente con la función de acompañamiento. Aunque no sea una bso que recordemos para siempre, se hace notar cuando el momento lo requiere.

Para acabar, destacaré el papel de todos los personajes positívamente. Jason Momoa en definitiva es el Aquaman que necesitábamos. Lleva la carisma y el humor de la película (nada pesado y sin sacarte de ella), pero por encima de todo, eleva a su personaje a su máximo esplendor. Amber Heard como Mera se muestra bella y poderosa en cada momento de la película, sin duda es de lo mas sorprendente. Patrick Wilson como Orm, se ha ganado competir en el primer puesto contra Zod por el mejor villano de la franquicia. Un villano con el que en ciertos momentos conecté con sus motivaciones para declarar la guerra a la superficie. Y que decir de Yahya Abdul como Black Manta, cada momento en pantalla que sale la toma para él solo. No tiene tanto metraje como habría deseado, pero juega un papel fundamental y todas sus escenas son perfectas.

En resumen, Aquaman me ha parecido una película muy divertida y atrevida, ya que nunca se había explorado un mundo tan grande en una sola película (hablando de superhéroes). Está claro que junto con Wonder Woman toma el poder de DC. Estoy convencido de que la disfrutareis como niños, incluso los que alguna vez habéis soltado ese famoso, “¿qué hace Aquaman?, ¿hablar con los peces?”

¿Y a ti qué te ha parecido Aquaman? Háznoslo saber en la caja de comentarios.

 

 

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