Basada en hechos reales, Judas y el Mesías Negro (Judas and the Black Messiah) nos transporta a la década de los 60 para contarnos la historia de traición que sufrió Fred Hampton (Daniel Kaluuya), líder del Partido Pantera Negra, a manos de William O’Neal (Lakeith Stanfield), informante del FBI. Un thriller policíaco con toques de cine noir que no dejará indiferente a nadie. Comenzamos con la crítica.
Entonces uno de los Doce — el llamado Judas Iscariote — fue a los sumos sacerdotes y preguntó ¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego? Así que le asignaron treinta monedas de plata. Desde entonces Judas miraba una oportunidad de entregarle.
Mateo 26:14–16
Otra de las grandes sorpresas en las nominaciones a los Premios Oscars ha sido la presencia de Judas y el Mesías Negro. Al igual que ocurrió con Sound of Metal, esta película solo recibió una única nominación a los Globos de Oro en la candidatura de mejor actor de reparto. Pero, como ya he dicho anteriormente, la Academia suele corregir esos errores. Por ello, este largometraje ha recibido un total de seis nominaciones: mejor película, mejor actor de reparto (2), mejor guion original, mejor fotografía y mejor canción original.
Esta película ha pasado desapercibida para muchos, llegando a ser olvidada cuando hablamos de la candidatura a mejor película. Si bien es cierto que otros nombres apuntan a ser los posibles ganadores, no deberíamos menospreciar una obra tan completa como Judas y el Mesías Negro. De igual manera, no podemos ignorar que Daniel Kaluuya tiene el Oscar a mejor actor de reparto asegurado.
En esta edición vamos a ver a muchos directores primerizos como es el caso de Shaka King con Judas y el Mesías Negro. Este último ya había realizado una película en 2013, pero nada que ver con el nivel de producción de su nuevo filme. Shaka King dirige este thriller policíaco de una manera que se adecua perfectamente a cada tipo de escena que aparece en la obra. Desde una dirección documental para las escenas de acción y violencia, hasta una realización sutil para las secuencias íntimas donde los personajes se muestran vulnerables.
Pero si hay algo que destacar de esta película son las actuaciones. Y aquí entra la polémica ocasionada por la Academia. Para poneros en situación, Lakeith Stanfield fue propuesto como mejor actor, a lo que la Academia decidió nominarlo, junto con Daniel Kaluuya, a mejor actor de reparto. Esto fue muy criticado debido a que la Academia no debería tomarse esas libertades. No obstante, el personaje de Fred Hampton eclipsa totalmente a la figura de William O’Neal con una actuación de Daniel Kaluuya muchísimo más carismática y fuerte.
Aun así, no hay que quitarle mérito a la actuación de Lakeith Stanfield, ya que su personaje no requiere esa energía que la figura de Fred Hampton necesita. Stanfield se adapta perfectamente a la evolución de su personaje. La mirada se aprovecha como un recurso donde reflejar el arrepentimiento y el conflicto interior que tiene cuando no sabe si seguir o no sus ideales.
Ambientada en la misma época que El Juicio de los 7 de Chicago. Ambas películas nos hablan de esa época en la que América estaba sumida en revoluciones, y el Gobierno intentaba apaciguarlas a través de la violencia policial. Como ya dije en la crítica de El Juicio de los 7 de Chicago, esta situación podría ser un claro ejemplo de la actualidad. Y es que, Judas y el Mesías Negro, podría ser un reflejo del movimiento Black Lives Matter.
Y hasta aquí la crítica de Judas y el Mesías Negro. Una película que, personalmente, me gustó y me alegré cuando la nominaron en los Premios Oscars. Si aún no has tenido la oportunidad de verla, está disponible en Netflix. ¿Crees que tiene posibilidades de llevarse algún premio? Coméntanoslo en nuestras redes sociales ¡Te leemos!