La película de Megalodón no prometía mucho. Incluso en los trailers cualquiera se daba cuenta que era un blockbuster más entre la multitud que vemos hoy en día en cartelera, hecha por y para ganar dinero. Sin embargo, creo que ni los mismos trabajadores de la producción han tomado esta película como seria y el resultado no ha sido decepcionante, ya que no podíamos esperar mucho de ella.
Megalodón (The Meg) esa una película excesivamente tópica y bastante prescindible. Sin embargo, si eres capaz de tomártela como una película nada seria, puede divertirte un poco. Al no esperarme nada de la película, esta no me sorprendió en el cine pero tampoco puedo decir que era peor de lo que esperaba. Una película para reírse sin parar de lo surrealista que puede llegar a ser.
Cuando un sumergible se avería en pleno fondo marino del foso de las Marianas, un experto buceador arriesgará su vida en intentar el rescate, mientras le surge una duda: ¿existe todavía allá abajo el Megalodón, el depredador marino más temible que ha existido nunca? (Filmaffinity)
El argumento es tontorrón y poco profundo. Justamente lo prometido en los trailers. Un intento de producción de terror submarino que podemos ver cada verano en cines. Lo que diferencia a esta del resto es que a lo largo que avanza el filme supera cada vez más su surrealismo, concediéndonos a un Jason Statham que resulta ser Jesucristo. Los propios promocionales lo decían: Statham vs. Megalodón. La historia de este enfrentamiento es tan estúpida como divertida, con unos personajes secundarios que cualquier espectador aborrecería.
La acción mostrada tampoco podemos decir que sea espectacular, ya que es muy simple. Si no hubiese sangre, esta película se la podrías poner a cualquier niño y disfrutaría como nunca. Lo que me ha gustado, que no por ello es bueno, es que el filme no disimula la pobreza del guion ni mucho menos. Esto lo que hace es mantenerte entretenido y encontrarte expectante a cuál será la próxima burrada que verás en pantalla. Esto es Tiburón pero con 200 clichés más. Evita las complicaciones argumentales en todo momento concentrándose en cumplir con su propósito de entretenimiento.
Lo sorprendente es que su director, Jon Turteltaub, dirige la película con mucho gusto y sin dificultades. Como he dicho antes, ningún miembro del equipo se ha tomado en serio la producción, y este no iba a ser menos. Gracias a él tenemos actuaciones tan malas que son para partirse de risa. En cuanto al montaje, tampoco hay que destacar nada. Sencillez es la palabra que más podría repetir en este post. Tiene ciertos intentos de crear tensión y a veces lo consigue, por supuesto, a partir de una banda sonora que potencia esto como de costumbre, al igual que abusan de la misma para los típicos screamers.
La fotografía de la película y la paleta de colores utilizada me han parecido divertidas. Es poco esperado que en una película de este estilo se utilicen colores tan vivos y llamativos. lo malo es que no favorece en nada a crear el ambiente de tensión antes mencionado.
Y por último, uno de los grandes fallos del filme son los efectos especiales. Me han parecido desastrosos. Si algo tenía que haber caracterizado a esta película, deberían haber sido los efectos especiales. El realismo del tiburón gigante hubiese ayudado bastante. Lamentablemente esto se ha quedado en un simple sueño, ya que no hemos visto realismo por ninguna parte. Yo me pregunto, ¿en qué habrán gastado todo el dinero?
Ahora me gustaría saber en los comentarios qué os ha parecido la película a vosotros. ¿Os ha parecido divertida o aburrida? Déjanos saber todo esto aquí abajo.