Crítica de #FirstMan: Chazelle nos acerca a la Luna.

Extenso análisis de "First Man", la última película de Damien Chazelle, en la que nos acerca más que nunca a la Luna de la mano de Neil Armstrong.

Aunque haya pasado ya casi un mes desde su estreno, dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. Así pues, os traemos nuestra crítica de First Man, la última película del joven y talentoso Damien Chazelle. La historia repasa la etapa más destacable de la vida del astronauta Neil Armstrong hasta su legendaria llegada a la Luna. ¿Estará el film al nivel de Whiplash o La La Land? Os lo contamos a continuación.

La cara oculta de Neil Armstrong.

Una de las virtudes más destacables de la película, es el particular enfoque que se hace en la historia. Una historia que en principio, ya conocíamos mucho aunque de modo superficial. El guion no es amable con la figura de Armstrong, pero tampoco condescendiente. Intenta presentarnos los cimientos del carácter de la leyenda, pero la justificación llega de manera orgánica formada por el propio espectador. El director no evita los tramos más dramáticos de la vida de Neil, pero tampoco se recrea en ellos, y se agradece.

La historia nos permite adentrarnos en los momentos de soledad del protagonista, compartir su intimidad, su desasosiego, su empeño, y las figuras de su entorno que lo guiaron hacia la epopeya que hoy día conocemos. Uno de los factores más estimulantes de la película, es precisamente conocer cómo los pequeños detalles y el (en su mayoría de veces, catastrófico) azar, impulsaron a Neil hacia un destino que ni él mismo imaginaba.

Difícil, pero no imposible.

En un género como lo es el espacial (o al menos, servidor lo reivindica como tal), en el que se ha hecho ya casi todo, es difícil hoy en día innovar. Sin embargo First Man lo consigue. Y es que en ninguna película hasta ahora, habíamos tenido la oportunidad de vivir lo que significaba ser astronauta en aquella era. La claustrofobia, lo rudimentario, el crujir de los hierros, la fragilidad de todo, la poca certeza con la que se daba cualquier paso con tal de no verse superados por la carrera espacial rusa, y un largo etc., quedan perfectamente transmitidos a lo largo de todo el film.

La cámara se las apaña para colarse en cualquier recoveco y hacernos partícipe de las experiencias vitales de los protagonistas de una manera bastante inmersiva. Los silencios tienen tanta importancia como los estruendos y ayudan a percibir mejor los contrastes entre calma y tensión tan propios de estos episodios, así como sus intervalos.

Un pequeño paso para Chazelle, pero no un gran salto para el cine.

Si bien es cierto que las película tiene más luces que sombras, también lo es que Chazelle no consigue lograr la excelencia que sí logró con las ya citadas Whiplash o La La Land. ¿Eso lo convierte en una mala película? En absoluto. Pero sí es cierto, que se percibe a un Chazelle fuera de su zona de confort y con problemas a la hora de afrontar según qué aspectos de la película.

Mucho se han hablado de los numerosos primeros planos existentes en la película, usados como arma arrojadiza a la hora de criticar el film, pero no creo que sea tanto un problema de dicho tipo de plano, sino más algo de exceso de metraje. Los minutos de más, junto a un tratamiento sobrio (y honesto) de la historia, hacen que el ritmo se resienta y quede falto de épica. Por otro lado, película está rodada (o postproducida, no sabría decir) con un filtro que intenta emular el aspecto de las filmaciones antiguas, pero el resultado final, con cierto desenfoque y desaturación, acaban resultando un tanto cargante. Además, en esta ocasión Chazelle no nos brinda ninguna secuencia especialmente icónica como en anteriores trabajos.

Algunos más fuera de órbita que otros.

En el apartado musical, vuelve a repetir su inseparable delfín Justin Hurwitz. En esta ocasión la composición musical, a diferencia del sobresaliente resultado de sus trabajos anteriores, no termina de funcionar. Una víctima como Chazelle, del síndrome del pez fuera del agua. No existe un leitmotiv musical notable (aunque sí un amago insatisfactorio) y el resto de la composición, resulta sencillamente correcta.

En cuanto al casting, Chazelle se hace con un reparto coral de aúpa. Ryan Gosling, Claire Foy, Jason Clarke, Kyle Chandler, Ciarán Hinds y un largo etc., completan este potente cast. Sin embargo, son tantos los personajes que desfilan por la película, que no todos terminan por tener el tiempo que requerirían. Resultan especialmente llamativos los casos de Janet Armstrong, su esposa (que interviene, pero no tanto como uno podría esperar) o el de sus compañeros de misión Aldrin y Collins (siendo la participación de este último, casi testimonial). Por otra parte, hay que destacar las interpretaciones de un más que correcto Jason Clarke, y un contenido e intenso Ryan Gosling que se mete de lleno en la piel de Armstrong con un resultado nada desdeñable. Aunque si bien es cierto que en la recta final de la película, Gosling peca de recaer en ciertos tics interpretativos). Sea como sea, no sabemos si su interpretación será suficiente como para entrar en la pugna por el Oscar.

Aun con todo, estamos ante un viaje único.

A pesar de lo negativo aquí señalado, la sensación tras el visionado es bastante positiva. Solo por la oportunidad de hacernos partícipes de aquellos pasajes, como consigue a la perfección Chazelle, o vivir el más mínimo detalle de aquellos claustrofóbicos momentos, ya merece ser tenida en cuenta. Sí, el film falla en diferentes aspectos, pero también acierta y sienta precedente en otros tantos. Es posible que algunas de estas carencias hubiesen quedado cubiertas, si este film hubiese sido rodado tras las futuras batallas que de seguro Chazelle va a librar, pero también es cierto que el camino se hace andando y que, a pesar de todo, First Man termina siendo una película altamente disfrutable. Así que si aún no le has dado una oportunidad, corre a los pocos cines que la tengan aún en cartelera, y disfruta de la carrera espacial americana, como nadie aún te la había contado (aunque sea para debatir si la tan icónica escena obviada, es para tanto o no).

 

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