‘El poder del perro’: las secuelas de una masculinidad herida

La neozelandesa Jane Campion regresa, tras doce años alejada de la gran pantalla, con El poder del perro, un contundente western ambientado en las llanuras del norte de Estados Unidos durante las primeras décadas del siglo XX.

Bennedict Cumberbatch y Jesse Plemons son Phil y George Burbank, dos hermanos dedicados a la ganadería, copropietarios de un rentable rancho que toma forma y lugar en la Montana de 1925. El entorno, como sus habitantes, es hostil; uno continuamente ha de demostrar que es lo que se espera que sea, que verdaderamente merece acato, si no quiere correr el riesgo de caer en la desgracia del desprecio y la marginalidad. Así funciona Phil, un hombre rudo y dominante, sádico y mezquino, que vive alimentando con cada gesto y cada movimiento su reverenciada fama. Poco tiene que ver con su hermano George, alguien mucho más tranquilo, amable y respetuoso, que no necesita recurrir a forzadas exhibiciones de virilidad para hacerse respetar.

Benedict Cumberbatch y Jesse Plemons como los hermanos Burbank en El poder del perro, dirigida por Jane Campion.

Los hermanos han estado juntos toda la vida, han crecido juntos y juntos han construido su pequeña fortuna. Solteros ambos, aún duermen en la misma habitación —compartiendo cama—, como si su apática compañía les fuera suficiente. Pudiera entenderse, entonces, que cualquier alteración de la estructura sobre la que han edificado su acomodada cotidianeidad se percibiera como una monstruosa transformación. Y así sucede cuando George se casa en secreto con Rose (Kristen Dunst), viuda y madre de un tímido adolescente que disfruta confeccionando florecillas de papel y jugando al hula hoop.

Phil —Cumberbatch ofrece la mejor actuación de su carrera— parece detestar a ambos. Ni soporta a su nueva cuñada, a la que intuye como una molesta intrusa, ni tolera al chico (Kodi Smit-McPhee), “medio cocinado” e inocuo, por lo que pronto transforma el nicho familiar en un silente pero despiadado campo de batalla del que todos los contendientes saldrán profundamente deteriorados.

Fotograma de El poder del perro, dirigida por Jane Campion.

El poder del perro es la adaptación cinematográfica de la aclamada novela de Thomas Savage, del mismo nombre, publicada en 1967. Pero es también otras muchas cosas. Es, en su contenido, además de todo lo que es, la ira del desquiciado Daniel Plainview, el dolor descarnado de Ennis del Mar y la misteriosa tensión fraternal de los hermanos Sisters. Es, en su forma, además de todo lo que es, la infinita belleza de Días del cielo y la elegancia de aquella que gira en torno a la muerte del legendario forajido Jesse James, de majestuosos horizontes y fotografías cargadas de lirismo. Y es, en su más pura esencia, un reflexivo análisis sobre las secuelas que deja una masculinidad herida, sobre instintos reprimidos e identidades encubiertas, sobre desesperadas estrategias de autoconservación en un entorno regido por la odiosa ley del más fuerte.


La película se estrenará en cines el 19 de noviembre y llegará a Netflix el próximo 1 de diciembre. Hasta entonces, puedes contarnos qué expectativas tienes sobre ella en nuestras redes oficiales: Twitter Instagram. ¡Nos vemos en la próxima en Cineverso!

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