Últimamente hemos visto cómo la brújula del DCEU ha ido apuntando a distintos nortes, dando la impresión de ir a tientas. De que Warner aún no tiene demasiado claro hacia dónde deben ir sus películas. Siempre dependiente de continuos acontecimientos tanto externos como internos.
No vamos a entrar en asuntos de recortes de metraje, imposiciones sobre la visión y versión de los directores, etc. (maniobras sobre las que Warner ya era poseedora de antecedentes incluso desde el Superman de Richard Donner ), ya que merecerían otro tipo de artículo mucho más largo. Pero si andamos un poco más atrás, precisamente a tenor de episodios como los acaecidos con Batman v Superman: Dawn of Justice, donde el film planteado por Zack Snyder ya pareció no conectar con una buena parte del público, Warner comenzaba a apuntar desde Justice League a realizar películas alejadas de estilos más densos o complejos y oscuros.
Sin embargo, tras una acogida todavía menos favorable de Justice League, primera película del DCEU en la que se reunieron la mayor cantidad de Superhéroes (antesala de otros proyectos grupales ahora suspendidos), así como los problemas de diferente índole con algunos de los actores y sus contratos, Warner ahora parece desechar también la idea de un universo compartido.
Personajes en solitario y Spin-Off
Al parecer, siguiendo la senda ejemplos como The Conjuring y directrices de su hombre al frente, Walter Hamada (ahora también nuevo responsable del DCEU), Warner prepara realizar franquicias a cuyo alrededor orbitarán Spin-Off de menor presupuesto. De hecho, ante el escepticismo del fandom, ya hemos visto como se ha anunciado para el futuro de la franquicia de Aquaman el primer Spin-Off basado en The Trench.
Este nuevo enfoque podría reportar algunas ventajas para el DCEU. Para empezar desmarcarse de alguna manera del trabajo realizado por el MCU. Marvel lleva una ventaja de muchos años en la gran pantalla, un universo al que le ha dado tiempo de asentarse y estabilizarse, con una cosmogonía rica y extensa. Competir contra ello a estas alturas puede ser demasiado complejo. Así que en esta carrera empresarial (seamos francos) hay que acortar camino o… seguir otro totalmente distinto. Y una medida que reconocería hacer un trabajo tan diferente a su pretendido opuesto, podría suponer cierto alivio comparativo. Otorgándole una oportunidad para crecer y hacerse fuerte en su propia parcela.
Minimizar los riesgos
Otra ventaja sería no tener la necesidad de arriesgar demasiado. Es decir; no arriesgar con arcos demasiado largos comprometidos por varias películas o partes, y por tanto, de rumbo más incierto. Ni tampoco con excesivas películas de corte más serio o denso.
No arriesgar demasiado con personajes de peso dentro del DCEU, que siendo más queridos o emblemáticos, estarían más sujetos al despiadado escrutinio del público. Salvo con aquellos que han sido suficientemente avalados con el beneplácito de éste y la taquilla. Así hemos estado oyendo rumores sobre propuestas de todo tipo que parecen picar de aquí y de allí; Super Girl, Booster Gold, Zatanna, Blue Beetle, etc.
Por último, no arriesgar posiblemente con una larga vinculación de actores concretos para encarnar a los personajes, dadas las probables complicaciones de cualquier índole a largo plazo. Obviamente aquí es imposible no traer a colación ejemplos como los de Henry Cavill o Ben Affleck.
Esta política de riesgo mínimo un tanto desesperada, efectivamente puede reportar con mayor facilidad unas mejores ganancias sin tantas dificultades. Además de un programa películas más ligero. Donde la mayoría de ellas no serían muy complejas, logrando la asimilación y aprobación de un porcentaje y rango mayor de público.
Algunos posibles inconvenientes
No obstante, no arriesgar es con demasiada frecuencia una forma de crear sin alma, una forma de construcción en serie. Es vetar la posibilidad de una distinción excelsa y lograr la singularidad. Lo que en este asunto se traduciría, por ejemplo, en que la presencia cada vez mayor de Spin-Off de menor calidad que la propia franquicia a la orbitan, puedan ir devaluando la imagen y calidad de la misma. Y por supuesto, cabe que terminen perdiendo su esencia. Algo que podríamos aventurarnos a decir que ha ido ocurriendo con la propia The Conjuring.
Historia y legado
El gran problema de esta medida es olvidar de dónde vienen estas películas. Son películas con base en los cómics, y a través de su reflejo, es donde alcanzan tanto el sentido como el corazón de quienes en primera instancia las impulsaron y las sustentan. Es decir, los amantes de los cómics. Los niños de la cultura pop que crecieron con esas historias, aunque sólo fuera de oídas o en sus primeras y emblemáticas incursiones en la gran pantalla. Su influencia y legado a las nuevas generaciones de aquello que han “bebido”.
Fandom, cultura y nostalgia.
Así que ir en contra del esquema básico de esas historias, pasando sobre hechos y personajes ineludibles por derecho propio. Menoscabando la imaginación, el anhelo y el cariño a la hora de contemplar algunas historias en un momento nunca tan propicio como este. Justo cuando más “nos lo pide el cuerpo”… es casi como ir contra natura.
Y en segunda instancia, tristemente para Warner, quizá una forma de atentar contra sus propios méritos y objetivos.
Quién sabe. Por ahora sólo nos queda teorizar, animándoos a compartir vuestras impresiones actuales sobre el DCEU, y aguardar al devenir de futuros acontecimientos. Mientras esperamos, por supesto, al próximo estreno de Shazam. Donde quizá podamos vislumbrar algo o intuir hacia dónde se encamina el destino de nuestros emblemáticos superhéroes del universo DC, en la mayor de sus lides; la gran pantalla.