Lo mejor de La Vieja Guardia, la nueva película de Netflix, es que conserva la esencia de la novela gráfica en la que está inspirada aunque tenga diferencias considerables con el argumento de la obra original. Sin profundizar demasiado sobre el cómic de Greg Rucka y Leandro Fernández, ambas versiones comparten la atmósfera depresiva de estos seres que se encuentran cansados de su inmortalidad pero que no pueden hacer nada para ponerle fin.
Tal vez, justamente, lo bueno de esta adaptación es que el propio Rucka está involucrado en el guión. De esta manera, la película logra modificar en parte la trama de la novela gráfica para que la carga dramática no pierda efecto en un formato en el que se le demanda mayor emoción e intriga en el tramo final.
Los primeros quince minutos son prácticamente una copia fiel de las páginas ilustradas por Leandro Fernández. Conocemos al equipo, su primera misión y la personalidad de Andy, su líder. Charlize Theron parece nacida para interpretar papeles de acción. Ya la vimos en Atomic Blonde, Hankock y Mad Max Fury Road.
Por otra parte, ¿alguien puede asegurar que esta actriz a la que el paso del tiempo parece no afectarle no sea inmortal?
Conociendo a La Vieja Guardia
Durante el primer segmento de la película conocemos a Andy y a su equipo.
Los personajes se presentan de manera directa y nos queda en claro que, entre ellos, existe mucho más que un simple vínculo laboral. Inmediatamente comprendemos que son buenos en lo que hacen. También vemos algunas características de Andy que serán importantes para el resto de la película.
Está cansada, ella misma es quien nos lo cuenta. Es muy desconfiada y no se siente cómoda aceptando la misión que le proponen. Su única motivación para hacerlo son las niñas que, supuestamente, fueron secuestradas. Más allá de los reparos, el dinero y su desconfianza, es el bien común lo que prevalece y condiciona su aceptación.
En esa fallida misión, sus habilidades quedan registradas en video por la misma persona que los contrató. Sus motivaciones para la traición son un caso más en el que podemos comprender los fines pero no los medios para llegar a él.
De ahí en más, el equipo intentará mantenerse oculto y rastrear al traidor aunque un evento inesperado modificará sus planes.
Inmortalidad con fecha de vencimiento
Durante la segunda parte conocemos la verdadera historia de La Vieja Guardia y lo poco que ellos mismos saben sobre su propia naturaleza. Para eso, se nos presenta a Nile, cuya habilidad queda expuesta antes de que ella misma pueda asimilarla.
Una vez reunida con el equipo entendemos el contexto en el que se desarrolla la vida de estos seres. Llevan vivos miles de años pero su condición de inmortales podría cambiar de la noche a la mañana. Esto provoca que sus enfrentamientos sean todavía más extremos ante los ojos del espectador ya que cualquier muerte podría ser la definitiva.
También se agregan dos elementos clave para que el tramo final de la película tenga mayor carga dramática. Aparentemente, Andy pierde su inmortalidad. La herida de un enfrentamiento se resiste a sanar por lo que debe curarse con elementos tradicionales. La escena permite una referencia a problemáticas actuales en la que, sin cuestionar ni preguntar por qué, una mujer ayuda a otra que evidentemente necesita ser ayudada.
El momento es sutil y efectivo. Nos permite empatizar con la situación de Andy y ver, después de miles de años, a este personaje en la misma situación de fragilidad por la que miles de mujeres atraviesan en todo el mundo.
Aciertos en el guión
El segundo elemento se presenta como un factor más de su indeseable inmortalidad pero su importancia recién quedará expuesta en la escena final de la película. En principio, nos permite apreciar que tan lejos puede llegar el hombre en su afán de perversidad y lo grave de ser inmortal cuando se está condenado a morir ahogado durante toda una eternidad. También apreciamos el peso que Andy carga sobre sus hombros tras haber dejado atrás a un miembro de su equipo y que la condicionará a rescatar a sus amigos cuando son secuestrados de manera sorpresiva.
Otro punto muy a favor de La Vieja Guardia es que los personajes no se enfrentan a un super villano. El enemigo es una corporación económica dispuesta a alcanzar sus objetivos sin importar el dolor que cause ni por cuánto tiempo deba hacerlo.
Una nueva traición, esta vez por parte de su mano derecha, es la que precipita un final a pura acción. Las secuencias de disparos, coreografías y luchas con armas clásicas son realistas y efectivas. El despliegue físico de Charlize Theron y el resto de del equipo junto con una gran labor técnica por parte de los realizadores, hacen del último tramo de la película una obra ideal para los fanáticos del cine de acción.
El elemento de la fallida inmortalidad de Andy toma otra dimensión cuando arriesga su vida por el equipo en repetidas ocasiones y sus compañeros la rodean para protegerla de cualquier ataque que podría resultar fatal. Para el final, está claro que todos, incluso el traidor, son una familia y sin importar cuantas veces o de qué manera, están dispuestos a morir uno por el otro.
Un símbolo de la época
En un mundo en el que nuestra vida está expuesta y con todo tipo de información al alcance de un click, mantenerse en el anonimato resultará imposible para el equipo. Sin embargo, aunque lo ideal sería renunciar, Andy decide seguir adelante luego de descubrir que su existencia no ha sido irrelevante. En mayor o menor medida, el mundo es un lugar mejor con ella y los suyos, por lo que deciden seguir adelante para intentar ayudar a la humanidad haciendo lo que mejor saben hacer: salvar vidas.
Al final, la historia de la vieja compañera de Andy regresa para dejar el cliffhanger que toda película debe tener para una posible secuela.
En una historia atravesada por una atmósfera pesimista, el final es alentador incluso para el miembro del equipo que los traicionó. Después de todo, ¿qué son 100 años para personas con esos dones? Está claro que su propia naturaleza los obligará a reunirse y a confiar el uno con en el otro. Tal vez la secuela les permita reunirse antes de tiempo. Sin dudas, La Vieja Guardia merece una segunda parte.
Es una muy buena película de acción. Sus escenas tienen la dosis justa de realismo y violencia como para gustarle a diferentes públicos. Aunque en lo personal no me molestaría un poco más de gore, no puedo negar que durante algunas peleas experimenté el mismo dolor que sentían los propios protagonistas.
Su carga dramática resulta muy creíble. Después de tantas películas vistas ninguno de nosotros creería que ser inmortal fuera realmente un don. Sin embargo, aquí se agregan algunos elementos extra que de manera inmediata nos permiten sentir la soledad y desesperación que los protagonistas experimentan.
Actores que no fallan
Parte de esto tiene que ver con la interpretación de Charlize Theron. No descubriremos América al afirmar que es una actriz de lujo. Sin embargo, el papel de Andrómeda le queda como anillo al dedo. Empatizamos con ella desde el primer momento y, aunque su personaje no hable demasiado, logra transmitir todo lo que siente.
Sin palabras para el despliegue físico de esta mujer que resulta una bendición para el cine de acción.
El resto del elenco también funciona de manera correcta.
Kiki Lane se luce en las escenas de acción. Sobre todo en las que comparte con Charlize Theron. El vínculo entre Joe y Nicky está muy bien representado por Marwan Kenzari y Luca Marinelli. El villano que se hace odiar desde el primer momento es Harry Melling, nada más ni nada menos que el también odiado Dudley Dursley de Harry Potter.
Quienes también se destacan son el infalible Chiwetel Ejiofor como Coplay y Matthias Schoenaerts como Booker, cuya interpretación hace que nos resulte imposible odiarlo, incluso en el momento en que se revela su traición.
La Vieja Guardia: Cómic Vs. Netflix
Por último, las diferencias con el cómic de La Vieja Guardia hacen que la versión cinematográfica tenga mayor valor que el de una simple adaptación. A modo de apreciación personal, no me molesta que las historias originales sean alteradas, siempre y cuando los cambios sean para enriquecer el argumento.
En este caso estoy seguro de que fue así. La pluma de Rucka puede notarse en los agregados al guión que hacen de La Vieja Guardia un relato paralelo que, estimo, va a gustarle tanto a lectores como a no lectores.
Me permito para el final, recomendar la lectura de la novela gráfica. Tanto por su historia como por su ilustración, es una obra que merece ser descubierta por cualquier persona que aún no haya tenido la suerte de toparse con ella. La misma cuenta con un primer volumen de cinco número ya concluido y una segunda parte cuyo primer número se ha publicado hace poco tiempo.
Puedo asegurar que su lectura resultará muy estimulante para todo aquel que la película de Netflix dejó satisfecho y los cambios realizados en el guión, agregarán varias sorpresas a la experiencia.