En el año 2015, en el canal de televisión SyFy, se estrenaba ‘The Expanse’, una serie de televisión en formato de 10 episodios cada temporada, con una duración de entre 40-45 minutos por capítulo, basado en la serie de libros del mismo nombre, por los autores Daniel Abraham y Ty Franck, bajo el pseudónimo de James S.A. Corey. Actualmente, esta serie se encuentra bajo el mando de Amazon Prime, tras haber estado en Netflix.
La trama nos traslada a un futuro en el que la Tierra ha colonizado Marte y el cinturón de asteroides. Y cada una, es una facción; el planeta rojo es una potencia militar sin igual y en el cinturón hay explotaciones mineras, que consigue recursos para las dos primeras. Toda la historia girará alrededor de una mujer llamada Julie Mao, que ha desaparecido tras unirse a una organización terrorista llamada O.P.A. Tras esta trama, tendremos al detective Miller, un cansado policía, con una especie de sentido de la justicia poco ortodoxa. Mientras tanto, veremos la situación de una nave de hielo, la Canterbury, dónde tendremos de protagonista a James Holden, un trabajador con potencial dentro de la tripulación. Al mismo tiempo, en la Tierra, estaremos siguiendo los tejemanejes de la ONU, que es el máximo gobierno en el planeta. Todo ello, como he dicho antes, girará alrededor de Julie Mao, que además de ser terrorista, es hija del hombre más rico de Marte.
En guión tenemos una buena pluma. Buenos diálogos, unos personajes bastante bien construidos, muy versátiles, creando dinámicas de equipo interesantísimas. La historia avanza algo lenta al principio en alguna de las principales, pero se resuelve con mucha soltura. Ahora, como ya me pasó con Juego de Tronos, yo me distraigo. Esta serie tiene cosas muy chulas, ciencia ficción intrigante, misterio y actorazos, por lo que yo me pierdo en las florituras del elenco (Thomas Jane como Miller compartiendo planos con Jay Hernández), en ese avance del misterio tan misterioso que engloba toda la serie y en las relaciones que se forman entre los protagonistas. Al final, me paro a pensar en la trama política y no sé qué ha pasado. Pero eso es bueno, porque significa que hay algo que me atrae bastante y que me va a hacer seguir enganchado.
En el apartado visual, tenemos un buen resultado. No es todo lo que podría ser, la verdad. Pero se deja ver. Tiene buenos efectos para ser televisión y para no ser una macro producción. Al menos, de momento. En dirección, tenemos un equipo resultón. Pero sin mucho más que resaltar. Creo que hay cosas que se pueden mejorar desde el aspecto técnico. Incluso en el doblaje al castellano, no lo he notado muy fino, pero acostumbrado al altísimo nivel de otras producciones, pues se nota.
En conclusión, tengo el problema de que está bien hecha. Muy bien hecha. Y me distraigo con la trama más blockbuster, con la parafernalia superficial, perdiéndome lo serio, el politiqueo. Así que tocará revisionado, como me está pasando con Juego de Tronos, o ya me pasó con Breaking Bad. Pero eso significa que estamos ante una serie potencialmente sobresaliente.