Reseña de ‘The Green Lantern #2’.

Segundo episodio de la serie policíaca y ochentera The Green Lantern. ¿Qué nos ha preparado en esta ocasión Grant Morrison? Pues la fuga de un delincuente, un interrogatorio con poli bueno, poli malo, un poco de conspiraciones y finalmente el mayor robo de la historia. Lo mejor de todo es que tenemos la oportunidad de ver a viejos conocidos pero ahora con el espectacular dibujo y rediseño de Liam Sharp.

Empezamos por la fuga. El grupo Blackstars se ha adentrado en las profundidades de obsidiana para rescatar a Estrella Maligna, y sí, el nombre se las trae, tanto que el propio villano se marca un monólogo justificando el apodo. En este lugar tenemos a Rot Lop Fan como el Linterna Verde encargado de la vigilancia, ideal para un sitio donde no hay nada de luz (la que necesitaría Estrella Maligna para tener sus poderes). El pobre Lantern no puede con los Blackstars.

Estamos de regreso al Planeta OA, y vaya maravilla nos encontramos. Liam Sharp nos regala una página completa para que veamos lo que se ha sacado de la manga, un diseño con todo detalle que nos deja una curiosidad. ¿Veis lo que hay encima de la torre? ¿Es imaginación mía o parece el átomo del Doctor Manhattan? Total, que tenemos a varios miembros de los Green Lantern Corps comentando la situación, y como estamos en un cómic de Morrison, las razas son las más extrañas que puedes encontrarte.

Uno de los invitados a este número es Volk, un ser con una cabeza que parece una explosión de humo y lava. Al igual que Rot Lop Fan, Volk no se ha usado mucho en la historia de Green Lantern más allá de un añadido de fondo en alguna página, como una de las últimas veces que le vimos en Green Lantern Corps Vol. 2 #33. Junto a Tru y Hal Jordan, empezamos a enterarnos de algo extraño que está ocurriendo: la desaparición misteriosa de mundos.

Y llega el momento del interrogatorio. Como si fuese una película noir, el cara a cara es con una joven rebelde y rica que ha escapado de casa pero que ahora es sospechosa del intento de asesinato de un Green Lantern. Bueno, la jovencita realmente es una araña-pirata que siente un asco tremendo por los humanos, el mismo asco que siente Hal Jordan por las arañas. Como decía al principio, situación poli bueno, poli malo, amenaza de avisar a su madre si no desembucha, ofrecer comida para calmar el ambiente… Más que dar la sensación de que el tópico policíaco es un recurso fácil, el contraste de ese toque ochentero y ambiente galáctico/alienígena da un resultado divertidísimo.

Llegamos al final y la presentación de la villana, ponemos algunas piezas más en el puzle (tampoco muchas, que esto es una historia “Made in Morrison”) y nos despedimos con un cliffhanger muy syfy de serie B, pero como siempre, que queda genial en esta serie. Lo mejor de todo es que al final guionista y dibujante tienen la posibilidad de mostrar todos los rincones más extraños y divertidos del Universo DC, y lo están haciendo de manera brillante. La historia acompaña, así que aquí me tienen para el siguiente número.

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