Snowpiercer – ¿Vale la pena subirse al tren de Netflix?

Snowpiercer - Netflix

Snowpiercer funciona en varios aspectos. Lo hace como precuela/secuela/spin off de la película dirigida por Bong Joon-ho en 2013. También como libre adaptación de la novela gráfica de fines de los noventa y principio de los 2000. Fundamentalmente, lo hace como una de esas tantas series que llega a nuestras pantallas a través de Netflix.

En esta ocasión, la serie fue estrenada por TNT en Estados Unidos y luego distribuida mundialmente por Netflix. Debido a eso la frecuencia de estreno semanal que resulta toda una curiosidad para esta plataforma.

La temática principal de la temporada es la lucha de clases. Los ricos que controlan el tren contra los pobres, condenados a vivir hacinados y de manera inhumana en “la cola” del tren. No obstante, mientras se desarrolla el conflicto más grande, el show aprovecha su serialidad para ahondar en ciertos personajes que resultan muy atractivos para los espectadores.

Los líderes del Snowpiercer

En primer lugar tenemos a Melanie Cavill, interpretada por Jennifer Connelly. Lo primero a destacar es cuánto se nota en pantalla su nivel interpretativo. Si bien hay varios personajes muy atractivos, la personalidad que la actriz le brinda a la jefa de Hospitalidad es ideal para que podamos comprenderla y hasta empatizar con ella. Melanie es quien controla el tren en ausencia del Señor Wilford. No solo tiene habilidades para mantener a los pasajeros en calma sino que también puede ensuciarse las manos.

Está dispuesta a cualquier cosa para que el tren siga funcionando, incluso a colaborar con la revolución que intenta derrocar su mandato. También es una ingeniera que no tiene reparos en salir al exterior o arriesgar su propia vida para realizar una reparación que solo ella puede llevar a cabo.

Es llamativo ver como, hacia la mitad de la temporada, comprendemos el peso que carga sobre sus hombros. La responsabilidad que asume y los secretos que esconde no resultan gratuitos para una mujer que debe mostrarse plena y segura frente a todo el mundo pero a la que nosotros, los espectadores vemos flaquear en más de una ocasión.

André Layton (Daveed Diggs) es el héroe sobre el Snowpiercer. En principio es el principal activo de la revolución pero también la persona que intenta que la misma se desarrolle de manera inteligente. Fortuitamente y gracias a su antigua profesión, logra llegar hasta donde nadie había llegado.

Un crímen en el Snowpiercer

Layton utiliza sus habilidades detectivescas para resolver un crimen que aterrorizaba a la primera sección del tren. Descubrir el mayor secreto a bordo del Snowpiercer no solo pone en peligro su revolución sino también su propia vida. Finalmente, llegará a estar al mando del tren y veremos en la próxima temporada si está a la altura de sus nuevas responsabilidades.

La actuación de Daveed Diggs es correcta. Si bien no se destaca interpretativamente, la frescura de un detective incorruptible que no se desvía de su objetivo primordial queda bien frente a los espectadores y funciona correctamente como protagonista de la serie.

La ambientación a bordo del Snowpiercer también es muy efectiva. Si bien el tren cuenta con una variedad de vagones especialmente ambientados, las proporciones de cada uno de estos genera que siempre recordemos que todo transcurre en un tren.

A lo largo de los diez episodios de la primer temporada vemos que el Snowpiercer no es tan eterno como Melanie y Wilford nos hicieron creer. La velocidad a la que se desplaza, la imposibilidad de detenerse, las inclemencias del clima y la naturaleza humana del tren ponen en riesgo su supervivencia. Con la revolución en marcha, la situación se volverá tan extrema que solo 994 vagones llegan al season finale.

Es imposible que una serie de diez episodios logre atraparnos por completo sin presentarnos buenos personajes secundarios. Es el caso de varios pasajeros del Snowpiercer que, aunque tengan participaciones eventuales, resultan sumamente importantes para el desarrollo de la trama.

Buenos personajes secundarios

Por un lado tenemos a Josie (Katie McGuinness). Ella es la otra líder de la revolución quien está dispuesta a todo para que los pasajeros de La Cola puedan tener una mejor vida a bordo del Snowpiercer. También a LJ Folger, con una gran actuación de Annalise Basso que resulta tan escalofriante como divertida. El jefe de los guardias Roche (Mike O’Malley) y John Osweiller (Sam Otto).

Sin dudas, dos de los personajes secundarios son los más destacados. Ruth (Alison Wright), a quien odiamos tanto en el primer episodio como en el último. Y Till, interpretada por Mickey Sumner, cuyo recorrido a bordo del Snowpiercer es de lo más interesante de la temporada.

Una vez concluída la gran revolución, la cual incluye algo que no todas las series pueden brindarnos: una batalla épica en medio del ajustado espacio del vagón nocturno, el último episodio sirve como epílogo para los personajes y para plantar las bases de la ya confirmada segunda temporada.

Segunda temporada confirmada

Con Layton a cargo de conformar un nuevo gobierno y Melanie recluida a mantener el tren funcionando, descubrimos el regreso del Señor Wilford quien planea abordar el tren y, según nos explican, sus intenciones son incluso más perversas que las del gobierno que acaban de ser derrocado.

El cliffhanger es efectivo. Antes del final tenemos una buena secuencia de suspenso con la segunda locomotora intentando detener el tren. El Snowpiercer finalmente con su velocimetro en cero. Otra Gran acción de Melanie Cavill sobre el techo del Snowpiercer. Lo mismo con el teaser que ya puede verse. En él conocemos el rostro del Señor Wilford interpretado por el querido Sean Bean (Eddard Stark en Game of Thrones).

En definitiva Snowpiercer no será la mejor serie del año ni la más correcta adaptación de un cómic llevada a la pantalla chica. De cualquier manera es una serie entretenida, diferente a la mayoría de series del momento y si bien los temas principales que toca los hemos visto en la mayoría de las ficciones distópicas de los últimos años, nunca vimos una revolución de este tipo arriba de un tren.

Es por eso que, insisto, vale la pena subirse al Snowpiercer. Al menos hasta que llegue a la próxima estación.

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