Basada en hechos reales, El Juicio de los 7 de Chicago (The Trial of the Chicago 7) nos cuenta la historia de un grupo de opositores que se manifestaron contra la guerra de Vietnam en la Convención Nacional Demócrata de 1968. Este suceso acabó enjuiciando a siete personas por el supuesto delito de alteración del orden. Pero, ¿eran inocentes o culpables? Comenzamos la crítica.
Esta película cuenta con cinco nominaciones a los Premios Oscars: mejor película, mejor actor de reparto, mejor guion original, mejor fotografía y mejor montaje. Algo que no sorprende a nadie, debido a que Aaron Sorkin es un veterano en esto de las candidaturas. El Juicio de los 7 de Chicago es su segunda obra como director, que comenzó en 2017 con El Juego de Molly (también presente en los Oscars). Pero por lo verdaderamente conocido es por su carrera como guionista. Obras tan importantes como El ala oeste de la Casa Blanca, Moneyball o La Red Social han sido escritas por él.
A pesar de tener una buena dirección, no es de extrañar que Aaron Sorkin no haya sido nominado a esa candidatura, ya que hay otros realizadores que han estado por encima de él. Lo que si está claro es que como guionista es uno de los mejores en la industria del cine actual. Por ello, El Juicio de los 7 de Chicago es la favorita para llevarse la estatuilla a mejor guion original. Y es que Sorkin consigue que una obra de drama judicial y político sea apta para todos los públicos.
Es muy complicado grabar una película en la que gran parte de las escenas están rodadas en un único espacio. El guion y la dirección juegan un papel fundamental para conseguir que la obra no resulte pesada. Estamos hablando de un filme que transcurre mayoritariamente en una sala de juicio, sin apenas movimientos de cámara y donde las actuaciones de los personajes están muy limitadas. Ahí es donde entra el guion sorkiano. Todos estos impedimentos desaparecen al traer un guion con unos diálogos impresionantes.
Aun así, esto no sería posible sin el admirable elenco de actores que conforman la película, cada uno de un carácter totalmente diferente que ayuda a crear una historia más dinámica. Eddie Redmayne, Mark Rylance, Frank Langella o Joseph Gordon-Levitt son algunos de los nombres que aparecen en el filme. Pero me gustaría hacer una mención especial para Sacha Baron Cohen, porque a pesar de interpretar un personaje secundario, este se vuelve la figura más destacable de toda la obra. Sacha es el responsable de los momentos más divertidos de la película, pero también nos trae escenas dramáticas, en donde no estamos acostumbrados a verle. Por la increíble actuación y por su obra Borat 2, la secuela, este actor se merece todas las nominaciones que ha recibido.
Con unos diálogos tan potentes y unos actores de ese nivel era difícil que la película no funcionase. Por ello, el resto de elementos cinematográficos no es que pasen a un segundo plano, sino que directamente es fácil de olvidar que están ahí. Un guion cargado de escenas cómicas, dramáticas y motivadoras que es a lo que Hollywood nos tiene acostumbrados. Asimismo, la Academia siempre suele nominar a alguna película basada en hechos reales, de corte político y secuencias de ensueño. Y El Juicio de los 7 de Chicago es esa película.
Cabe destacar que esta historia ambientada, en los años 60, no está muy lejos de la actualidad. Esas mismas revueltas que aparecen en la película se puede ver en Estados Unidos actualmente con manifestaciones como la de Black Lives Matter. Este director pretende lanzar un mensaje para que las personas salgan a las calles, vislumbrándose, por tanto, una dura crítica a la violencia policial.
Y con esto termina la crítica de El Juicio de los 7 de Chicago. Tal es el reconocimiento de este director, que el término sorkiano está presente en la boca de muchos críticos. Centrándonos en esta película, hay que reconocer que el sorkinismo está de principio a fin en ella. Una obra claramente escrita y dirigida por Aaron Sorkin. ¿Has tenido la oportunidad de verla? Disponible en Netflix, cuéntanos qué te ha parecido en nuestras redes sociales.
