¿Os acordáis del momento en el que anunciaron que volverían a adaptar cinematográficamente Resident Evil? Pues ya tenemos aquí aquella película que, sin generarnos unas expectativas abismales, desde luego tenía nuestra atención. Tras las “adaptaciones” que habíamos visto de la saga en el cine, llega Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City.
Con la premisa de adaptar de una forma más fiel que sus predecesoras (las protagonizadas por Milla Jovovich) los videojuegos de la enrevesada Resident Evil, este nuevo intento ha resultado ser una masa de ideas con muy buena intención, pero difícilmente ejecutadas. Sin duda, es un producto que dará que hablar (sobre todo, por parte de los mayores fans de la saga, que serán los que acaben dictaminando si es o no una buena adaptación) aunque aún es difícil de saber si para bien o para mal.
En esta nueva adaptación al cine de los videojuegos de Capcom, la que fue una pujante ciudad sede de la supuesta empresa farmacéutica Umbrella Corporation, Raccoon City, se ha convertido en un pueblo agonizante del Medio Oeste. El éxodo de la compañía ha dejado a la ciudad completamente convertida en un erial… con un gran mal gestándose bajo la superficie. Cuando ese mal se desata, un grupo de supervivientes deben unirse para destapar la verdad detrás de Umbrella e intentar escapar de Raccoon City.
La historia, como ya os he comentado con anterioridad, es una amalgama de ideas recogidas de los videojuegos Resident Evil 1 y Resident Evil 2. La intención del director y guionista, Johannes Roberts, es la de mezclar las dos historias de tal forma que ocurran de manera simultánea. Sé que es un poco difícil de imaginar si has jugado a los dos títulos, pero créeme que es así. En tan sólo 107 minutos han sido capaces de contar una historia cerrada, cogiendo cosas de allí y de aquí de los dos juegos, e intentando introducir a la mayor cantidad de personajes posibles.
Si me preguntas si esto funciona… sí y no. En un principio, la historia se sostiene por sí misma. A pesar de que me hubiese gustado que hiciesen más énfasis en algunos detalles, no le podemos pedir mucho más a una película de esta duración y tanta historia que contar. De hecho, el guion tiene un final que se puede continuar en un futuro o no. Si esta historia acabase aquí, no nos quedaríamos con la sensación de que una secuela es totalmente necesaria (salvo por su escena postcréditos, aunque yo la veo más como un guiño a los juegos que como un hecho relevante para la historia). Sin embargo, el desarrollo de la mayoría de personajes, y la forma de introducirlos en este entramado, brilla por su ausencia. Aquí es donde me temo que los fans más acérrimos de la saga saldrán algo cabreados.
No intentéis buscar a los personajes que tanto os gustan en los videojuegos. No aparecerán en esta película. A pesar de que, aparentemente, hay unas personas que portan sus nombres, las personalidades de los mismos se encuentran totalmente desfasadas e irreconocibles. Sin apenas desarrollo, es difícil encariñarte de alguno. Y aún menos si a nivel de guion se sienten vacíos y respetan tan poco del material original.
Me gustaría destacar a los que, bajo mi punto de vista, se salvan: Claire Redfield (Kaya Scodelario) y, por momentos, Chris Redfield (Robbie Amell). Sus historias tienen ligeros cambios respecto a los videojuegos, pero están justificados para que tengan una mayor importancia en la historia, por lo que se proclaman como protagonistas de la película. Como he dicho, el resto de personajes están irreconocibles, siendo, para mi, Leon S. Kennedy (Avan Jogia) el que se lleva la palma como personaje más desaprovechado y desfasado.
Sin embargo, el resto de elementos referenciales a los videojuegos me han parecido sensacionales. La galería de “monstruos” escogidos es un gozo para el fan y, a pesar de que tienen muy poco tiempo en pantalla cada uno, consiguen adentrarte en la misma ambientación que tienen los juegos. La tensión se palpa de forma constante. El terror psicológico y los jumpscares están a la orden del día, pero no se exceden ni se recrean en ellos. Sí, si tuviese que catalogar este producto bajo un único género sería una película de terror al uso, ya que funciona perfectamente bajo los estándares de las mismas que vemos hoy en día en las salas de cine.
Esta ambientación terrorífica también está lograda por la dirección de Johannes Roberts. Sin ser un prodigio a los mandos de la producción, ha conseguido sacar adelante una película que tiene una estética espeluznante más que aceptable. Los efectos especiales están a la altura. No son ni mucho menos deslumbrantes, pero hay que recordar que es una producción que cuenta con un presupuesto de 40 millones de dólares. De hecho, en muchos de los decorados y planos más abiertos, en los que podemos ver dónde se sitúan los personajes, son fácilmente reconocibles elementos que son idénticos a los del videojuego. Un ejemplo puede ser la comisaría o el hall de la mansión Spencer.
Incluso la banda sonora, sin ser nada revolucionaria, destaca sobre otros aspectos del filme. Es un elemento fundamental para recrear ese ambiente de tensión que tanto estoy destacando de la película. Y, sin duda, lo consigue a la perfección (al igual que la mezcla de sonidos).
Es una pena que a nivel de guion haya sido tan decepcionante, creedme. De hecho, en sus dos primeros actos la película me estaba pareciendo notable. Con sus fallos, pero notable. Sin embargo, el desenlace me pareció algo pobre y rápido. No me dio tiempo a asimilar cómo se sucedían los hechos para llegar a la situación en la que se encuentran en ese momento. Me dejó algo frío e incluso abrumado por tanta información que no lleva a ningún lado.
Y la pregunta ahora es: ¿Conseguirán continuar esta historia de alguna forma? Yo no tengo la respuesta, pero no me extrañaría que la elección de introducir la historia de los dos videojuegos dentro de una sola película haya resultado por no saber si este producto tendrá tirón como para disponer de una secuela. Aunque lo vuelvo a repetir, la película dispone de una sola escena postcréditos, y podrían aferrarse a lo que allí nos presentan para continuar la historia. También podrían tirar por conocer más sobre la corporación Umbrella y todos los secretos que esta conlleva detrás. El tiempo y los fans hablarán por sí mismos.
Como siempre os digo, ahora es el momento de juzgar por vosotros mismos. Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City llega a los cines de España el 26 de noviembre de 2021 de la mano de Sony Pictures. ¿Tenéis ganas de verla? Coméntanoslo a través de nuestras redes sociales oficiales, ¡siempre os leemos!